No recuerdo cómo era viajar sin Towanda. Algunas personas piensan que viajar con un gato…
Diario de viaje: Egipto (II)
Este viaje me está haciendo descubrir muchas cosas sobre mí. Es curioso como estar en nuevas situaciones y en rincones desconocidos, te hacen descubrir que hay en ti cosas que jamás habías pensado. Me está regalando instantes de película, fotogramas que se convertirán en recuerdos imborrables, en parte de tu diario de viaje.
Dormir al aire libre, en una cama de arena bajo un cielo vestido de estrellas, y despertar con la sombra de una pirámide sobre el rostro. Caminar entre estrechas calles plagadas de color y olor, comprar en su mercado mientras Towanda asoma sus bigotes desde mi mochila.
Y sucedió algo curioso: una niña comenzó a seguirme. Se escondía entre las esquinas, mientras me miraba curiosa. Durante un instante, nuestras miradas se encontraron. Sus ojos profundos y repletos de ganas por conocer el mundo, me hicieron sentirme reconocida con ella. Yo algún día también fui una niña que soñaba al ver a las turistas, que sabía que el mundo algún día también quedaría detrás de mis pasos y de mis palabras.
En ese momento busqué en mi mochila. Siempre viajo con más de un cuaderno para anotar mis experiencias, y sabía que para ella un pequeño gesto, podría ser un gran regalo. Abrí la primera página y escribí: “el mundo es demasiado grande como para no explorarlo”. Tendí mi mano con la libreta hacia ella, que la cogió tímidamente. Ahora pienso en ella, y sueño con que algún día también viaje con cuadernos. Cuadernos que llenar de historias en su propia mochila, descubriendo cada pequeño rincón del planeta.
Y es que a veces olvidamos que cuando éramos niñas, veíamos el reflejo de quiénes queríamos ser de mayores en otras mujeres. Por eso, jamás dejaré de extender la mano a las futuras soñadoras. A las futuras exploradoras que algún día fuimos nosotras.
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