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Feliz Navidad 2018

Cada 25 de Diciembre es como volver a la infancia. Despertar con Towanda ronroneando nervioso, impaciente a que salga de la cama con la misma ilusión que sentía cuando era niña y, lo primero que pensaba en cuanto abría los ojos, era que por fin había llegado el día.

Esa mañana no es necesario despertador, parece que los primeros rayos de luz anuncian que es un día especial.  Las risas, el eco de las voces desde la casa de tus vecinos y el sonido de los niños jugando con sus juguetes nuevos en la calle, lo inunda todo.

Cada Navidad es especial para mí. Es una mañana en la que pienso que puedes darte el lujo de dejar de lado tus obligaciones de vida adulta, en el que estás en casa rodeada de las personas (y animalitos) que más quieres.

Muchas personas han viajado miles de KM sólo para ver sonreír durante dos días a su madre, por tocar la mano arrugada de su abuelo, por sentir la ilusión de ver a su sobrino abriendo un regalo por primera vez. En el que tu teléfono rebosa de mensajes de buenos deseos. En el que alguien como yo te hace llegar una carta para recordarte que no te olvides de vivir cada instante como se merece. Porque, no nos engañemos, en la mañana del 25 de Diciembre, todas volvemos un poco a ser niñas.

Abrir los regalos que otras personas han buscado con ilusión para ti y, a su vez, ver sus caras mientras desembalan los que has preparado para ellos, en los que has invertido tiempo, dinero y, sobre todo, ilusión.

Pero no todo son regalos, ya que cada mañana de Navidad está compuesta de momentos que formarán parte de nuestro álbum de recuerdos:

Fijarte en quién cocina la comida de Navidad y su expresión de satisfacción al veros a todos en la mesa. La cara de tu madre y padre, cuyas arrugas te recuerdan cada año en el que montaron tus juguetes recién sacados de la caja, en el que envolvieron tu primer ordenador, tu libro favorito. La sensación de que la familia crece. La nostalgia al pensar en los que ya no están, en todas las Navidades que pasaste con ellos. El momento en el que tocas el timbre de la casa de esa persona que estaba deseando verte. Las tardes de película en familia, de cenas entre amigos. Y tantos otros instantes únicos que rodean a un 25 de Diciembre que hacen que no se olviden y que, cada año, vuelvas a sentir esa sensación especial.

Este año Towanda y yo hemos recibido, durante semanas, muchos regalos en distintos lugares del mundo, para haceros un poco más felices. Regalos que hemos preparado con cariño, porque me encanta pensar que nunca perderéis esa ilusión que despierta con vosotras el 25 de Diciembre.

¡FELIZ NAVIDAD!

Anekke y Towanda

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